Imagina que tienes diez focos.
Diez focos prendidos.
A ti te encantan los diez focos, pero un foco no siente tu atención.
Como los diezz focos están prendidos ni notas la diferencia en cada uno.
Hasta quizás, sin darte cuenta, ignoras al otro, total, están prendidos.
Pero, regresemos a la idea de que uno no siente tu atención.
Un día el foco para de alumbrar.
El espacio ya no está alumbrado como antes.
Te jode que un foco esté apagado.
Sin darte cuenta le diste toda la atención el foco apagado y decidiste arreglarlo para que vuelva a prender.
El foco se resiste a ser arreglado.
¿El foco se habrá dado cuenta que así recibe más atención?
El hombre se desespera por querer al foco como antes.
El hombre ya no puede.
Si quizás, él hubiera estado al tanto del foco, lo hubiera tenido para siempre.
Pero eso no fue lo que sucedió.
El hombre ignoró la importancia de cada foco al tenerlos prendidos.
Y es que uno no se imagina que algún día uno de los focos se pueda apagar.
Ignoramos que, como tenemos tantos, un día alguno se apague.
¿Somos tan conformistas?
Comprar un nuevo foco ¿Dices?
Pero, ese foco ya no alumbrará como los otros.
Los focos son nuestros amigos.
Tu familia.
Sí, tu enamorad@ también está ahí.
¿Y si algún día se apagan?
Lo peor de esta vida es perder a alguien.
Sentir la falta que nos hace esa persona.
Haz tu lista de amig@s y demás.
Yo sé que diez no son.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
Etc.
¿No te olvidas de alguien?
Tal vez ni llegaste a los diez.
Pero recuerda que aunque te joda que se apaguen, algunos focos ya no vuelven a prender.
It’s just a lady.
No hay comentarios:
Publicar un comentario