Tengo muchas cosas de qué hablar, por ejemplo, que: ya empecé la universidad de nuevo; sigo sola como un panetón sin mantequilla (sadface); sigo queriendo al mismo hombre: no tenía mejor amigo (o por lo menos eso creo aún), me emociona estar a un paso de facultad, tengo un mype, conozco más gente, me trauma la idea que quiera ir al concierto de Miley Cirus, y mucho más.
Hoy creo que hablaré de mi supuesto mejor amigo, solo que tengo roche que él lo lea.
No diré su nombre, lo llamaré Alvaro para despistar al enemigo.
Lo conocí hace 6 años, exactamente, estudiamos juntos en un instituto de idiomas. Todo fue muy extraño, éramos unos mocosos, yo tenía 11 y él había cumplido recién 13. Lo recuerdo bien, estudiábamos los sábados. Pero yo no estaba sola, en esa clase también estaba una amiga que era del colegio, se llamaba Rebecca, juntas conversábamos siempre, e hicimos grupo con Alvaro y un tipo más que estaba en el salón. Todos de la misma edad.
Era lógico que a esa edad todos pensáramos en tener enamorados y esas notas, obviamente yo lo miraba con mucha madurez, y no me interesaba mucho ese tema. Recuerdo que Alvaro me dijo que le gustaba Rebecca y, me doy cuenta ahora, que, desde ahí me empieza a contar sus cosas.
Él era el único amigo que yo tenía, debo recalcar que estudié en un colegio de mujeres y el fue mi primer y mejor amigo.
En estos seis años que lo conozco, han pasado muchas cosas. Desde que estuvo con mi mejor amiga, hasta simplemente dejar de hablarnos.
Hay muchas cosas, obviamente, que me molestan de él, pero creo que empezaré contando lo momentos más resaltantes que hemos tenido
Recuerdo que cuando recién nos conocíamos y me molestaba, siempre me pedía perdón, literalmente me rogaba que lo perdone, extraño esos días donde la conversación era continua, fluida, y más. Recuerdo, también, que me empezó a contar sobre sus enamoradas y lógicamente yo lo escuchaba detenidamente. Yo me encontraba en una etapa pre-adolescente (pubertad), y esas historias de amor, eran el tema de conversación, siempre. Me empezó contando sobre una chica, jamás olvidaré que me decía casi sufriendo todo lo que le pasaba, y yo le aconsejaba por el papel de mejor amiga que tenía. Éramos tan patas que nos presentamos amigos, amigos con los cuales yo ya no hablo por el paso de los años. Le presenté una amiga, Julia se llamaba, él se enamoró de ella rápidamente. Ya a esa edad, ya un poco más grande, 12 o 13 tal vez, ya sentía cierta dependencia hacia él, el saber que él iba a estar con una de mis mejores amigas hizo que yo pensara que probablemente esta, Julia, me iba a quitar al amigo, al mejor amigo, que yo siempre he querido y confiado, es ahí donde yo caigo en las redes de la posesión. Mi mejor amiga se convirtió en mi peor enemiga, ellos conversaban más de lo que él conversaba conmigo, no lo podía asimilar, estaba acostumbrada a llegar a mi casa, hablar con él y simplemente interactuar como dos mejores amigos lo harían. Desde que se conocieron, obviamente, eso cambió. El peor momento fue, cuando después de haber ellos estado, es que Julia le termino sacando la vuelta, poniéndole los cachos, como dirían algunos, a mi mejor amigo. Yo la verdad, no lo podía creer, la odiaba más, era mi mejor amigo y le hacía el peor daño del mundo, aún recuerdo, como desesperadamente, Alvaro me buscaba para contarme lo sucedido, me dijo que se quería morir, yo preocupada le pregunté qué es lo que había pasado, por qué si Julia lo quería tanto como decía le hubiera hecho eso. Simplemente, ella jugó a la botella borracha, ¿cómo? dirán algunos. Lo primero que yo pensé fue que cómo carajos se lo había contado, no es que yo respalde la infidelidad pero me duele mucho la verdad. Luego de eso, ellos no se hablaban, yo volvía a tener a mi mejor amigo y bueno, la historia siguió hasta cuando le presenté a otra de mis mejores amigas. Yo sé, por qué le ando presentando gente a mi mejor amigo?, bueno a veces haces cosas que no deberías, "pos ya sabes que yo como digo una cosa digo otra, es que es como todo, hay cosas que ni qué, ¿tengo o no tengo razón?"
Bueno, la otra mejor amiga, se llama Flavia. Esta relación, no me afectó tanto en el aspecto que podía perder a mi mejor amigo, más bien, me afecto que los dos confiaran en mi y que yo no pueda contarle a uno lo que el otro me dijo.
Luego, el estuvo con otras personas, la verdad el tema es él y no sus amoríos.
Después de mucho tiempo, los dos llegamos a un nivel de confianza tan extremo como diria Newton "Todo lo que sube, baja", y bueno, pues, nuestra confianza cayó, ya no eramos los mismos, él empezó a alejarse, yo no entendía por qué, creo que seguía en mi burbuja de, "él siempre va a estar para mí, él me va a contestar cualquier llamado que yo haga", esto se llama, plenamente, dependencia, él se dio cuenta que no podía seguir así, ´no podíamos depender del otro, a mi me costó mucho, comprender esa idea. Tengo que contar también, que para que nos alejáramos, él tomó la decisión más dolorosa, el dejarme de golpe. Él simplemente me eliminó de messenger, me dijo un simple "adiós" y yo en mar de lágrimas, no podía comprender lo sucedido, no sabía qué hacer, qué había hecho mal?, la habré cagado? Piensa, Cyndi, qué fue lo que pasó? Estuve días pensando en eso, era imposible sacarlo de mi cabeza, hasta que volvió a entrar a messenger, hablamos me dijo que lo había sucedido y, en efecto, era eso, la dependencia. Cómo ya dije antes, a mí me costó, dependencia? Bueno, luego entendí que era cierto, pero yo no cambié, yo sigo siendo la misma, lo quiero, lo adoro, es mi mejor amigo y lo será siempre, aún tengo mi cuaderno negro donde lo especifica. Luego de este gran suceso, las cosas cambiaron, él se volvió un poco más frío, sacarle las cosas era un poco más difícil; y yo tuve que acostumbrarme, amoldarme a como él era. Se volvió más serio, menos sentimental, pero yo sé que era muy adentro era el mismo, el niño que yo conocí.
Ahora yo tengo 17 y el 19. Los dos estamos en la universidad, en diferentes, pero del mismo consorcio, ahora somos amigos, mejores amigos para mí, hablamos de vez en cuando, estuve con nl sus momentos más felices el año pasado y el día del amigo estuvimos juntos, después de todo lo sucedido, debo admitir que aunque la interacción no sea la misma, seguimos teniendo la misma confianza. Jamás me olvidaré cuando me dijo:
-Una vez cuando fui a la casa de Flavia me dieron tallarines a lo alfredo y casi me muero.
-Pero cuando viniste a mi casa y mi mama te quiso dar pure, le dijiste que no porque eras intolerante a la lactosa.
-Si, pero contigo hay más confianza :)
Te amo más, desde ahí, eres invitable y extrañable.
Lo que odio es que no tengamos una foto juntos.
Lo que amo es que no lo leerás.
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